Sexo oral: evolución de la deshonra

El sexo oral, ese gran placer para hombres y mujeres, no siempre fue una práctica tan común y tentadora como hoy en día. Aunque su práctica se remonta a tiempos del Antiguo Egipto, su percepción no ha dejado de cambiar por motivos religiosos, sociales, etc.

Hay que tener en cuenta que, aún hoy en día, muchas religiones lo condenan como una práctica antinatural e inmoral, por el hecho de ser un acto ajeno a la reproducción. Incluso en algunos estados de los EEUU, fue considerado ilegal hasta el 2003 chocando con las doctrinas más radicales de la Iglesia, que ven en el sexo oral, un proceso en contra de la procreación.

Ajeno a estos motivos religiosos, hay otro motivo a considerar: un gran tabú para muchas sociedades era el tema de la higiene, tabú muy vigente especialmente en zonas de África y del mundo islámico.

Pero, vayamos por partes:

¿Qué se considera sexo oral?

Según el diccionario de la RAE, se describen como los actos de estimular el pene o la vagina con la boca, provinientes del latín fellatio (der. de fellāre ‘mamar’) y cunnilingus (‘que lame la vulva’).

El registro más antiguo de felación proviene del Antiguo Egipto. Sus mujeres eran particularmente conocidas por su destreza sexual y por ser las primeras en maquillarse. De ahí que, las felatrices, llevaran los labios de un determinado color, para dar a conocer su inlclinación por esta práctica. Y es en su tradición mitológica, donde observamos el primer registro de sexo oral: El mito de Isis y Osiris.

Antiguo Egipto

Osiris, asesinado y despedazado por su malvado hermano Seth, fue recolectado por su mujer Isis. Ésta logró localizar todos los pedazos menos el pene, que se supone fue engullido por un pez oxirrinco del Nilo. Por este motivo, Isis reconstruyó el pene con arcilla y procedió a su felación para devolver a la vida a su amado esporo. Osiris revivió justo el tiempo para embarazar a su mujer y procrear a Horus, que resultó ser el vengador de su muerte.

Indochina

Tanto en India como en China también se ritualizó la felación. En el Kámasutra indio, del primer siglo d. C., se describe el sexo oral ampliamente en su apartado llamado auparishtaka, detallando 8 maneras de practicar la felación. Sin embargo, se la consideraba una conducta característica de los eunucos o de carácter impúdico que solo la practicaban las “mujeres no castas”.

Grecia

Es en la Antigua Grecia donde se empieza a destilar una práctica más libre de la felación. Ya en la Ilíada aparecía, por primera vez, el término de Lesbos, haciendo referencia a las  expertas en felación (del verbo griego lesbiázein, que significa “felar”). Término que fue desvirtuado por los cristianos, que catalogaron a éstas como lesbianas, cuando lo cierto es que para referirse a las lesbianas, los griegos utilizaban la palabra tríbada, del griego tribo (frotar).

Antigua Roma

En la antigua Roma la fellare o irrumare de las felatrices se consideraba habitual puesto que tenemos amplios testimonios de Marcial. Su concepción era interesante, pues, ligaron el poder al sexo oral, creando roles de domintantes y sumisos. Practicar el sexo oral como pasivo se percibía como un acto sumiso, de ahí que fueran los esclavos, las meretrices o los de rango inferior los encargados de llevarlo a cabo. Por ejemplo, para castigar a alguien que había robado, un romano podía obligar a la persona a hacerle sexo oral.

Es decir, practicar una felación o un cunnilingus, ya fuera un hombre o una mujer el ejecutor, lo convertía en culpable. Según la jerarquía romana de la degradación sexual, un hombre sospechoso de haber estimulado oralmente a una mujer se rebajaba más que uno que fuera penetrado por otro hombre. Se le imponía el estatus legal de infame, al mismo nivel que prostitutas, gladiadores y actores, lo cual le impedía votar y representarse a sí mismo ante un tribunal.

A lo largo de la historia, distintas mujeres y de las familias más nobles, han sido señaladas como grandes o expertas felatrices, entre ellas Julia (la hija del emperador Augusto), Agripina, Mesalina o Cleopatra, quien ha pasado a la historia, entre otras cualidades, por su excesivo apetito sexual. Los griegos la apodaban merichane, “la boquiabierta” o “la boca de los diez mil hombres” pues, se cuenta, que fue capaz de practicarle sexo oral a cien soldados romanos en una noche.

¡Con la Iglesia hemos topado!

Tanto para la Iglesia Católica como para el religión Islámica, el placer sexual está directamente relacionado con la procreación, por lo que, lo demás, es pecado mortal.

Según la Biblia

La Historia de Sodoma y Gomorra es ejemplo de ello: en la ciudad de Sodoma se describieron actos sexuales que no conducían al embarazo, como la masturbación, la felación, el cunnilingus y el sexo anal. La ciudad cayó alrededor del año 1900 a. C. y según los estudios de los arqueólogos G.Harris y T. Beardow, el término sodomía provendría de la ciudad de Sodoma.

Según el Corán

En la literatura islámica se prohíbe explícitamente dentro del matrimonio el sexo durante el ciclo menstrual. Pero la actitud hacia el sexo oral y el sexo anal es un tema de discusión entre los alumnos modernos del Islam. Otras facciones, en cambio, creen que la estimulación oral del pene está prohibida, mientras que la estimulación oral femenina es aceptable.

En lo que concierne al sexo oral, algunos autoridades religiosas opinan que sí se permite realizarlo, siempre y cuando no entre líquido en la boca. Y esto es debido a que las culturas tradicionales islámicas consideran la boca como el órgano puro (el órgano de la palabra), por lo que la felación está condenada por ensuciar la boca.

Otras culturas

Los inuit, por ejemplo, no practican la felación porque para ellos implica debilitamiento y debemos recordar que sus prácticas sexuales se basan en el aprovechamiento energético.

En la antigua cultura peruana moche, gracias a los dibujos en sus cerámicas, se sabe que rendían culto a la vida diaria incluyendo prácticas sexuales como las felaciones.

En Papúa Nueva Guinea existe la creencia de que el semen tiene propiedades esenciales, por lo que, como modo de iniciación a la madurez, los jóvenes ingieren el semen de sus mayores a través de la realización de felaciones.

Mal visto, condenado o ilegal, el sexo oral siempre se llevó a cabo; en secreto y de forma ilegítima, hay fuentes históricas que revelan su práctica aún siendo una actividad proscrita por la ley. Y es que, ¿quién se puede resistir a una buena dosis de sexo oral? ¡El mundo está para disfrutarlo así que, animaros y no dudéis en indagar todas las formas del placer!


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